miércoles, 6 de abril de 2011

Desfibriladores automáticos externos: por qué pueden salvar vidas

DEAEn los últimos tiempos hemos sido testigos de un sinfín de deportistas de alto rendimiento quienes han sufrido de un paro cardiaco súbito. Muchos de ellos perdieron la vida ya que en las instalaciones deportivas donde se encontraban no contaban con un Desfibrilador Automático Externo (DAE), de los casos más recordados se encuentra el futbolista profesional de la liga española y el jugador de hockey sobre hielo de la liga norteamericana. Sin embargo hay una lista interminable de casos que se han presentado en cualquier tipo de instalaciones deportivas como deportivos, gimnasios, campos de futbol, etc.El paro cardiaco súbito y la fibrilación ventricular es una actividad cardiaca anormal, eléctricamente caótica, arrítmica y desorganizada que se traduce en una inadecuada función del corazón, lo que trae como consecuencia que éste órgano no pueda llevar a cabo su función, dando como resultado una cadena de sucesos progresivos que si no es revertida rápidamente puede llegar al punto fatal en cuestión de minutos. (Por cada minuto que pasa entre el inicio de esta situación y en que se realiza la desfibrilación, disminuye 10% las probabilidades de sobrevivir)

Flujo de sucesos:

  • Actividad cardiaca anormal
  • Inadecuado flujo sanguíneo a órganos vitales (Cerebro, riñones, corazón, etc.)
  • Síncope (pérdida del estado de consciencia)
  • Apnea (pérdida de respiración espontánea)
  • Daño y muerte celular por hipoxia (dependiente del tiempo transcurrido)
  • Secuelas definitivas (Infarto cerebral, insuficiencia renal, infarto al miocardio, etc.)
  • Muerte de la persona.
Esta situación afecta a 450,000 personas cada año en los Estados Unidos de América. ¡Afecta a cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento! Esto quiere decir que no importa la edad, el género, la actividad física habitual, así como tampoco el lugar donde se encuentra ni el momento en que se presenta esta entidad. Es necesario hacer hincapié en que los más afectados son los adultos en edad productiva, lo que hace de esta situación una epidemia con graves repercusiones económicas además de las pérdidas humanas, es un problema de salud pública.
DESFIBRILADORES AUTOMATICOS EXTERNOS Y DESFIBRILACIÓN DE ACCESO PÚBLICO
En los años 80, los esfuerzos por reducir la mortalidad asociada al fallo cardiaco fuera del hospital acentuó el entrenamiento de los técnicos en emergencias médicas para reconocer la fibrilación ventricular (FV) y a su desfibrilación usando los Desfibriladores Automáticos Externos (DAE). Estos dispositivos pequeños, ligeros, y relativamente baratos adquieren un ECG vía los parches autos-adhesivos del monitor aplicados al tórax de la víctima del fallo cardiaco. Un microprocesador en el DAE analiza el ECG así adquirido; si se satisface el algoritmo para la FV, el dispositivo emite una señal y advertencia para después realizar una descarga eléctrica al paciente; como puede verse en esta demostración del funcionamiento de un desfibrilador tipo DAE o AED. La facilidad para el manejo y el uso de estos dispositivos requieren de entrenamiento mínimo, y las formas de onda bifásica en las unidades actualmente disponibles realzan la eficacia de estos DAEs. (Características de un desfibrilador DAEs comercializado en México) La experiencia inicial con DAEs en gimnasios, aeronaves, aeropuertos, casinos de juego y centros de concentración masiva de personas se ha publicado; todos los informes son altamente favorables. Muchas comunidades ahora están equipando con DAEs a primeros respondientes,” por ejemplo los oficiales de policía, bomberos, y los guardias de seguridad. La colocación de DAEs en las áreas conocidas de tener un alto índice de paros cardiacos, tales como aeropuertos, prisiones, gimnasios, spa, clubes deportivos, centros de convenciones y recreativos, es una estrategia ética, apropiada, segura y rentable (link a demandas). La asociación americana del corazón apoya fuertemente estos esfuerzos bajo de la rúbrica de Desfibrilación de acceso público.


                                      ALBA MORALES MARTIN

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